El Petit Zoco, el Zoco Chico o el Pequeño Zoco es uno de esos lugares que recogen la esencia de la ciudad en la que se encuentran. En este caso, esta pequeña plaza situada en el corazón de la medina de Tánger es una visita imprescindible para cualquier visitante que quiera tomar el pulso a la ciudad y conocer de cerca sus tradiciones.
Este lugar cuenta con una buena dosis de historia y leyendas sobre sus espaldas. Durante mucho tiempo fue un lugar muy frecuentado por escritores y artistas en busca de inspiración. William S. Borroughs, Allen Ginsberg o Camille Saint-Saëns son algunos de ellos.
Hoy en día sigue siendo un rincón perfecto para tomar un té de menta mientras se observa el ir y venir de Tánger. Los olores de las especias se mezclan con los de la marroquinería y otras artesanías y crean un ambiente exótico, agradable y lleno de vida. Los hombres mayores juegan al backgammon y los comerciantes regatean sobre el precio de sus productos con los turistas.
El Petit Socco es un imprescindible de tu visita a Marruecos por su aire nostálgico, donde el paso del tiempo se refleja en los edificios de hoteles, restaurantes y cafés. Además, se encuentra muy cerca de la plaza del Gran Zoco. Solamente debes cruzar la rue Semmanne y la rue Siaghine.
