No hace falta adentrarse en las laberínticas calles del Grand Socco para ver la Gran Mezquita. Su gran minarete es visible desde cualquier punto de la ciudad. Forma parte del skyline de Tánger y es una de las figuras más fáciles de identificar desde el océano.
Con un marcado estilo alauita, la Gran Mezquita destaca por su belleza y por su historia. Fue construida como mezquita en 1684, pero reconstruida como Catedral del Espíritu Santo durante la época portuguesa. Su aspecto actual, que combina verde – color que representa el paraíso – y blanco – por su simbología religiosa – data de finales del siglo XIX.
Dos mil años antes, los romanos también ocuparon este mismo lugar. Se han encontrado restos de un antiguo capitolio y de un templo dedicado a Hércules.
Aunque la entrada al interior de la Gran Mezquita no está permitida para los no musulmanes; merece la pena acercarse para contemplar su belleza exterior y pasear por sus alrededores. La mezquita está ubicada junto a Borj el Marsa, el mirador del puerto. Desde este punto se disfrutan de vistas a la bahía de Tánger y al puerto antiguo.
También es la ocasión perfecta para pasear por el kasbah – ciudad vieja-, y comprobar la influencia de las culturas musulmana y cristiana a lo largo de los siglos.
Cómo visitar este punto:
La medina se encuentra comprendida entre las paradas nº1 y nº2 de la Ruta Tanger Ville de Tánger City Tour.